domingo, 11 de julio de 2010

William Shakespeare - soneto 116

Que no sea yo quien ponga impedimento
al matrimonio de dos almas fieles
no es amor el amor que sufre cambios
cuando cambios se encuentran,
ni el que tiene alejarse con aquello que aleja.

Oh, no! es una luz por siempre fija
que desafía a las tormentas sin nunca estremecerce
es la estrella para todo barco sin rumbo
cuya altura se mide y su valor se ignora
el amor no es un juguete del tiempo
por mas que sus labios y sus mejillas rosadas
caigan bajo el arco de su hoy curvada
el amor no varia con horas ni semanas breves
si nó que perdura hasta el fin de los tiempos
si esto fuera un error y se me comprobara
yo jamás habré escrito ni jamás habré amado.

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