domingo, 11 de julio de 2010

Poema VI

Te recuerdo como eras el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crespúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azúl torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro corazón de casa hacia donde emigraban mis rofundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crespúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

Pablo Neruda

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