Cuando me dí cuenta de ese simpático niñito angustiado, yo estaba en otra dimencion, era tan así que creía que caía hacia ese avismo de colores, y cuando terminé de caer, me vi postrada en mi cama, y aun podía sentir los dulces destellos brillantes chocando sobre mi cabeza, y el techo parecía darme una gigantesca sonrisa y me mostraba con afan sus ojos desorvitados, y el niñito angustiado me mostraba sus sucias manos de pastero con las uñas negras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario