Me parece casi increíble las sensaciones multicolores que me dieron en esa casa tan apartada de la mía, y todo empesó por un juego tan de pendejos como siempre, fué como encontrarme una redonda y brillante moneda de $500 tirada en el medio de la calle muy trancitada, justo cuando mas la necesitaba para poder dar un paseo por las nuves, o viajar solo con mi mente y sentidos a la cima de las montañas que escalamos hace un par de días con mis hermanos; pero qué se puede hacer si tu repentina improvisación salió mejor de que si lo hubieras planeado un día entero, y haberle dedicado cada escuálido segundo a estudiar tus movimientos y dejarlos presisos para la ocación... y todo fué por que al final creo que hubiera pasado igual, de todos modos me hubiera dejado los labios con un rubor de rojo caramelo, tan suaves como la seda y con un saborcito nuevo, uno que nunca habías probado hasta ese minutillo que se escapaba corriendo entremdio de los segundos para no cargar con la responsabilidad de darnos la chance y terminar de una sola vez mi alocado pensamiento, y tan efímero fué que ni si quiera lo percibí, y el ritmo de la musica iban marcados con el compás de sus delicados movimientos y recuerdo todo y una sonrisa se tatúa en mi rostro, haciéndome una vez mas la perfecta complice de sus mas siniestros caprichos.miércoles, 18 de junio de 2008
Nada es para nada
Me parece casi increíble las sensaciones multicolores que me dieron en esa casa tan apartada de la mía, y todo empesó por un juego tan de pendejos como siempre, fué como encontrarme una redonda y brillante moneda de $500 tirada en el medio de la calle muy trancitada, justo cuando mas la necesitaba para poder dar un paseo por las nuves, o viajar solo con mi mente y sentidos a la cima de las montañas que escalamos hace un par de días con mis hermanos; pero qué se puede hacer si tu repentina improvisación salió mejor de que si lo hubieras planeado un día entero, y haberle dedicado cada escuálido segundo a estudiar tus movimientos y dejarlos presisos para la ocación... y todo fué por que al final creo que hubiera pasado igual, de todos modos me hubiera dejado los labios con un rubor de rojo caramelo, tan suaves como la seda y con un saborcito nuevo, uno que nunca habías probado hasta ese minutillo que se escapaba corriendo entremdio de los segundos para no cargar con la responsabilidad de darnos la chance y terminar de una sola vez mi alocado pensamiento, y tan efímero fué que ni si quiera lo percibí, y el ritmo de la musica iban marcados con el compás de sus delicados movimientos y recuerdo todo y una sonrisa se tatúa en mi rostro, haciéndome una vez mas la perfecta complice de sus mas siniestros caprichos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario