jueves, 29 de enero de 2009

Esperando el día...



Como si cerrar lo ojos y caer inconciente sobre almohadas mejorara mi estado de ánimo, o me hiciera ver las cosas de un lado mas positivo - leía yo en su diario - como si mi vacío interior se viera conformado tan solo con banales fragancias que perciví en un jardín distante de mi hogar, y unos delicados dedos inmateriales me despojara de las vendas que cubrían mis ojos, librandome de mi ceguera y permitiéndome ver brillar el sol de verano que jugeteaba con las nuves que trancitaban escasas por el cielo razo, y por un momento creí ser feliz...
Cuando de pronto, alguien ajeno a mi sueño, pinchó mi nuve y todo volvió a la normalidad, esta normalidad que me abruma y que me pone un nudo en la garganta... el sentirme prisionera de este lugar, soportando simpre mucho de lo mismo, aguantando y tragándome todas y cada una de las lágrimas que quieren abrirse paso por mis mejillas tornándome la vista nublosa, y tratando de ocultar mi ira, y mi profunda tristeza de no ser espectante de algun cambio que ilumine una sonrrisa, que sea desde adentro hacia fuera, una sonrrisa de verdad, no una máscara para satisfacer a los demas. Me siento tan miserable... - Solo hasta ahí fuí capas de leer y me vastó para comprender el porqué de su larga y amarga cara.

No hay comentarios: