martes, 16 de marzo de 2010

A.S

Hoy lo vì pasar...
vestìa una ajustada polera azúl, iba caminando bajo mi valcón, a su lado iba su nuevo novio, bajo los rayos del sol lucían su felicidad, y su tranquilidad irradiaba algo que opacaba todo lo malo que en ese momento me sucedía, iban en silencio, cuando hubieron avanzado hasta la otra casa de esquina, detrás de el jardín y bajo la sombra tomó la mano del niño rubio, ambos de espaldas anchas caminaron y parecían mas felices aún, nada les importaba, solo ellos dos... solo ellos dos... solo ellos dos.

De pronto me invadió una tremenda nostalgia, una de esas que no me venía de hacía años, y recordé las veces a media noche relatándonos libros que habíamos leído, y que entre risas observabamos a las personas pasear por la calle mientras nos escondíamos entre las ramas de los frondozos árboles de esa plazilla, era todo tan maravilloso que no podía ser todo tan real, al pasar el tiempo nos distanciamos, y después supe que entremedio de aquellos años sin saber nada el uno del otro, se había esfumado, se volvía tan inalcanzable que era como si alguien deseara con muchas ancias el querer tocar el sol sin quemarse, recuerdo que esa noche abrazé mi almohada como si intentara entrar en ella, quería que todo fuera una simple pesadilla, sentía toda mi cara mojada, y asi mismo me quedé dormida, al otro día desperté intentando convencerme en vano que todo habia sido producto de mi inhumana imaginación, al revisar atenta la conversaciòn me dí cuenta de que todo era real, y que ya nada podría volver a ser como antes, me esforcé por centrarme en otras cosas, mis amigos, nuevos libros, nueva gente, los profesores, aun que mas nada me llamaba la atenciòn, recuerdo que ese mismo día desmantelé mi habitación con todo lo que me lo recordaba, y lo guardé por si algún día despues de haber sanado me daban ganas de recordarlo de nuevo, no volví a pasear por ese árbol, ni por esa plazilla hasta ya transcurrido un par de años, cuando un día de invierno con muchísimo frío y muy nublado pasé por ese lugar... me pareció que hasta en los juegos de colores estaban gravadas sus iniciales, y las ramas desnudas de aquel antiguo árbol tenía la forma de su cara, avancé y me percaté que ya no era nostalgia y angustia el recordar aquellos lindos tiempos, fué algo mas distinto, aun que seguía con algo de ese aire de melancolía y sabor amargo, apreté mis dientes, repiré profundo y puedo jurar que su aroma seguía impregnado en ese lugar, esa noche cuando ya estube en mi cama me juré a mí misma no volver a pensar las mismas cosas ni a sentir lo mismo de antes, el invierno pasó y pasé por la calle anterior de ese lugar, fué cuando lo ví despues de muchos años, me presentó a su 1º novio, era moreno, delgado de ojos cafès y unos rosados labios, ambos llevaban una sonrrisa en sus caras... Sólo en ese instante mi mente se expandió permitiéndome entender mas mi inconciente de niña, los saludé a los dos con un beso y a él lo abracé, confiezo que olí en secreto su pelo, era el mismo aroma de siempre, luego de conversar un rato y cuando nos hubimos despedido, dí media vuelta, después de unos segundos reí entre nervios y felicidad aun que jamás podría ser mío, aun que nunca pudiera disfrutarlo de alguna otra manera mas que de verlo feliz con otro, pestañé, fué como su alguna aguja reventara aquella burbuja donde me encontraba encerrada, fué el primer paso que dí para terminar el capítulo de aquella triste historia.

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