lunes, 2 de febrero de 2009

Manipúlame si puedes


Mientras miraba desprevenido a las personas desde un banquita de esas que colocan en cualquier parque, algo llamó escandalosamente mi atención, fué como si viera absolutamente todo en blanco y de pronto algo negro y muy grande se atravezara por esa imagen, y fué cuando la ví, ya la he visto varias veces, pero nunca me aburre, es mas, pareciera que cada vez que la veo me impresionara mas, (no sé por qué, ni sé como, pero eso es lo que me sucede), mi corazón de pronto latió muy rápido, y lo sentía hasta en mi garganta, mi piel se puso de gallina y se me erizaron los pelos, me incliné ligeramente hacia adelante apollando mis manos en la banquita y abrí aun mas lo ojos como intentando aclararme a mi mismo si todo eso era realidad o una simple ilusión, pero no... era real, oh si, era una fantástica y maravillosa realidad, esta vez llevaba su cabello suelto ese pelo fino y largo que jugeteaba con el vaiven del viento. Desde mi asiento pude ver su hermoso rostro, dejando que se me gravara cada razgo de su cara, tiene su piel trigueña, un par de simpáticas pecas, bajo una frente preciosa y orgullosa unas cejas delgadas y unas interminables pestañas oscuras, y sus ojos... sus ojos azules son azules, aun que no ví exactamente su tonalidad, pasó muy rápido, su nariz perfecta y sus labios, ¡oh!, sus labios, carnosos, de un rosado muy fuerte, una pequeña barbilla, y un cuello de aguja, su cuerpo claro, y esvelto, debe medir alrededor de 1.65 mt, no se percató de mis ojos curiosos, me alegro, aun no es tiempo de que sepa de mi existencia...

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