lunes, 30 de julio de 2012

Luego de recogerlo, llena de ansias de querer hacer algo bien, y dándome a mi misma una 2° oportunidad, llegó aquel fatal día en que tomé la decisión de dejarlo, entonces me armé en valor (aun que en el fondo era solo cobardía), y lo dejé en una plaza a su suerte mientras yo corría con mi amigo de la mano a todo lo que daban nuestros pies, cada vez que mi amigo me decía: "corre mas fuerte que ahí viene", me lo imaginaba a él pensando en su desesperación: "¿dónde va?", "oye, te olvidas de mi, ¡acá estoy!, ¡no me dejes!, para luego de perder el rastro buscarme si cesar hasta que la energía de la comida que se había servido se hubiera acabado, me fui a hacer mi trabajo, no dejé de pensar en el durante toda la tarde, y mientras viajaba en el metro dirección hacia mi casa intentaba tomar la decisión mas certera pensando con la mente fría, pensé en olvidarlo y ya, pero mientras mas me acerba al lugar donde lo había dejado mas se me ablandaba el corazón y cada vez cambiaba mas de opinión, entonces opté por ir a buscarlo y arrepentida de mis actos volví desesperada a buscarlo, hallé solo la caja llena de sus abrigos, pero el no estaba ahí, había una pareja al lado de la caja besándose, si importarme si interrumpía les pregunté si habían visto a un perrito pequeño y me dijeron que no, entonces miré hacia el resto de la plaza tapando mi cara con mis manos y largándome a llorar como cuando me había enterado que Dalí había muerto producto de un atropello, emprendí mi búsqueda frenética, recorrí hasta el pasaje mas brígido y mientras caminaba oí a un perro quejarse, sonaba igual que el, pero me di cuenta de que solo era otro perro en una casa, caminé mucho, mientras me daba cuenta de que era un manojo de muchas lágrimas y moco, volví a mi casa hecha añicos por dentro y por fuera, pasé a la pieza donde había estado con el y no lo soporté y volví a salir a buscarlo para llegar con las manos vacías y mas destruida que antes... Ahora intento concentrarme en el consuelo que me dio mi hermano mientras me abrazaba como nunca, el perro era tan lindo y tan bkn que demás alguien se apiadó de él llevándoselo consigo, aun que aun no consigo ver mi habitación sin el echado por ahí, o recostado sobre mi cama. -Soy una maldita- concluyo, y así mismo voy dormir, siempre pensando en que pudo haber estado mejor conmigo.

No hay comentarios: